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>www.angloarabe.netdando sorprendidos de la relación manuscrita de cada ca-
ballo. Uno de los inspectores, el Sr. Guivert, se llevó copia
de todo para su revisión con detalle. Finalmente el
stud
book
del Anglo-árabe Español fue el segundo aprobado
después del francés.
¿Fue fácil el traspaso de funciones de Cría Caballar, en
cuanto al registro de productos y confección de
pasaportes?
El proceso se realizó con toda normalidad, los militares
colaboraron como siempre suelen hacer. AECCAá, por
decisión del Ministerio de Agricultura, se hizo cargo de la
gestión del
stud book
del Anglo-árabe Español con el ser-
vicio que actualmente se mantiene.
Se propusieron mejorar la cabaña Anglo-árabe nacio-
nal. Para ello se inspiraron en Francia. ¿Recuerda los pri-
meros viajes de AECCAá a Francia?
Fue en la referida reunión de Pompadour donde profun-
dizamos en la necesidad de mejorar la calidad de los se-
mentales, que en aquella época había muchos y muy
buenos en el Harás Nacional. Pedimos que nos cedieran
o vendieran algunos, el primero que adquirió la Asocia-
ción fue “Fastueux”, caballo con orígenes de carreras
muy noble y con una destacada producción en Francia.
AECCAá continuó periodicamente trayendo nuevos se-
mentales. Cría Caballar, por su parte, renovó también su
plantilla de sementales, y adquirió al igual que AECCAá
dosis de semen congelado.
Su familia criaba caballos de la raza, pero la afición por
el Concurso Completo de Equitación surgió con poste-
rioridad. ¿Qué fue lo que le encendió esta pasión?
En aquella época mi familia tenía Anglo-árabes que
eran utilizados para las labores ganaderas de reses bra-
vas. Eran caballos resistentes que podían soportar las fae-
nas en una finca como Hato Blanco, con extensiones
grandes, de terreno duro e irregular, con ganado que ne-
cesita mucha intensidad de caballo porque entonces no
había las instalaciones de hoy.
Estos caballos se utilizaban para el uso de la garrocha
como faena de campo necesaria.
Cuando nace la Asociación conozco más de cerca el
Completo, que aquí era poco conocido, pero en Francia
ya había visto algunos Anglo-árabes que destacaban en
esta especialidad y para mí fue una verdadera pasión por-
que esta disciplina es de las que te engancha, y me puse
como meta criar Anglo-árabes Españoles competitivos
con el resto de caballos que se crían en Europa. Posterior-
mente, traté de transmitir a los ganaderos españoles la
importancia de la cría enfocada a esta disciplina olímpica.
¿Siente que su familia, hermanos, hijos... le han secun-
dado en esa pasión hacia el CCE?
Mi familia es muy amplia y mayoritariamente me han
ayudado mucho en la cría y selección, especialmente de
las líneas maternas, testándolas en el Ciclo de Caballos
Jóvenes de Completo. Esta apuesta, más que un gasto, la
consideré como una inversión, y gracias a ello se están
exportando caballos, por los resultados deportivos
conseguidos.
Antonio Campos, siempre animando a la participación
española en diferentes competiciones internacionales.
Antonio Campos acompañado de su sobrina Carmen y
su hija Concha en Lion d’Angers, un escenario donde
los mejores Anglo-árabes jóvenes buscan su reválida.