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ué duda cabe, de que el Sector Hípico Español, por sus oportunidades y fortalezas, podría ser
uno de los proyectos nacionales más interesantes desde diversos puntos de vista, y sin em-
bargo no logra despegar. Llevamos años intentando la puesta en marcha de esa verdadera industria
de la mano de las administraciones públicas, al menos hasta que inicie su andadura o suelta, pero es-
tá visto que no hay de momento decisión de hacerlo, aunque somos conscientes de la dificultad de
coordinación entre los organismos competentes. Han sido varios intentos infructuosos, incluido el úl-
timo que intervenimos, a iniciativa de varios senadores, el pasado año. Por tanto, cabe pensar que no
hemos sabido transmitirlo o explicarlo con la claridad suficiente; o quizás, es que cada una de nues-
tras organizaciones se presenta atendiendo prioritariamente a sus particularidades, algo muy español,
sin darnos cuenta de que lo verdaderamente importante es el interés general, es decir el de los gana-
deros, jinetes, comités organizadores..., por lo que parece claro que debemos unir nuestros esfuer-
zos y constituir una entidad más fuerte, eficiente y profesional, al servicio del bien común. Con la ayu-
da pública iríamos mucho más rápido, pero si ésta sigue lamentablemente “dormida”, la iniciativa pri-
vada sería la alternativa.
Es bien conocida y fácil la fórmula a seguir por los países europeos que estamos en los vagones de
cola; se trataría de copiar el modelo/s que funciona/n y que mejor se adapte/n a nuestras circunstan-
cias y características.
En cualquier caso, debemos ser conscientes de que los soportes sobre los que se sustenta el Sec-
tor deben ir de la mano y coordinados; de tal modo que no es posible desarrollar una cría competiti-
va enfocada al deporte, si no formamos y aumentamos el número de jinetes, e igualmente, sin prue-
bas y competiciones regladas a todos los niveles no conseguiremos una formación eficaz.
Pedimos a nuestras administraciones que impulsen el Sector, convencidos de sus grandes posibili-
dades, pero por nuestra parte, ¿estamos dispuestos a hacerlo mirando el interés general? Y, ¿a bus-
car a los mejores al frente de nuestras organizaciones? Es decir, a líderes, profesionales honestos, que
deseen fomentar al máximo esta verdadera industria que genera riqueza y puestos de trabajo, que en-
EDITORIAL
Antonio Campos Peña
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Presidente de AECCAá