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HO R S E B A L L

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más allá del terreno de juego.

Todo esto, visto desde la cultura de

otras disciplinas más individuales, que

quizá requieran una forma diferente de

concentración y de competición, puede

llamar la atención.

Creo que el nivel de seriedad de los ju-

gadores y técnicos que están trabajando

en el Horseball en España es altísimo y

por eso somos la segunda potencia des-

pués de Francia, a quien a propósito ya

hemos puesto en apuros en más de una

ocasión, y los resultados están ahí. Tam-

bién es cierto que lo conseguimos disfru-

tando y divirtiéndonos con lo que hace-

mos.

¿Qué características generales debe

tener un caballo para este deporte? Y

usted, ¿cuáles valora más?

Los rápidos movimientos en las jugadas,

la necesidad de reacciones rápidas, las

cortas distancias que se manejan y los

continuos cambios de ritmo hacen necesa-

rio que los caballos sean ágiles y rápidos,

pero también fuertes y resistentes por la

intensidad del juego y porque en definiti-

va se trata de un deporte de contacto.

No deben ser caballos muy grandes por

la dificultad que conlleva la recogida de

la pelota del suelo. Es muy importante

que el caballo tenga la Doma adecuada

que también permita al jinete adaptarse a

las necesidades del juego (transiciones,

piruetas, paso atrás, cesiones, etc.).

También es importante que se encuen-

tren cómodos trabajando en equipo (lo

que no suele ser un problema por su ca-

rácter gregario) y que no se asusten de los

otros caballos o de la pelota.

Las características que debes buscar

dentro de estas generalidades, y que de-

bes priorizar, son las que más se adecuan

a las características de cada jugador.

Por poner un ejemplo, ¿puede expli-

carnos qué caballos concretos utilizan

sus hijos?

En la fase de iniciación tuvieron que ir-

se adaptando a las opciones que iban sur-

giendo, hasta que fueron encontrando el

caballo que más se adaptaba a sus necesi-

dades y estilo de juego.

Si tuviera que destacar el caballo que

más ha encajado con los dos, y que de he-

cho es con el que ahora está compitiendo

mi hija, es un Anglo-luso, que mide 1,55

m., nervioso, muy ágil y rápido, con la

doma necesaria para el Horseball y de la

que ya hemos hablado y con el que ha

conseguido compenetrarse.

En este deporte no hay handicap, co-

mo en el Polo. ¿No sería bueno para

igualar?

De hecho este año se ha publicado el

WHR (World Horseball Ranking), sistema

diseñado por la FIHB que puntúa, aten-

diendo a su participación en determinadas

competiciones certificadas, no solo a los

jugadores sino también a los entrenado-

res, árbitros, caballos y clubes, con el ob-

jetivo de regular y equilibrar, como co-

mentas, la competición internacional.

Al ser una disciplina en auténtico cre-

cimiento, habrá tenido que nutrirse de

caballos que provienen de otras. ¿De

cuáles principalmente? ¿Hasta qué edad

es un caballo idóneo?

No hay una disciplina concreta a fecha

de hoy que se haya convertido en la can-

tera de caballos para el Horseball.

De momento, el criterio para la selec-

ción de caballos se ha basado más en que

tengan las características que ya hemos

comentado y que tengan la base de doma

necesaria para el Horseball, de la que

también hemos hablado.

En muchos casos se está trabajando con

caballos jóvenes, con una base de doma a

los que se les entrena específicamente

para el Horseball.

Podríamos decir que un caballo es idó-

neo para el Horseball hasta los 16 años.

El Horseball es muy espectacular. ¿Es

un deporte donde haya accidentes?

No más que en otra disciplinas.

Una vez más las apariencias engañan.

Su espectacularidad, el hecho de que sea

un deporte de contacto, que haya 8 caba-

llos a la vez en un campo relativamente

pequeño y la intensidad y velocidad del

juego, puede hacerlo parecer peligroso

para los espectadores, pero los equipos de

protección de jinetes y caballos, la nor-

mativa y reglas del juego que observan

por encima de todo la seguridad en la pis-

ta y los estrictos arbitrajes, hacen del

Horseball un deporte seguro, aunque no

olvidemos que estamos hablando de un

deporte de riesgo.

¿Hay jinetes en España o Europa que

vivan del Horseball?

De momento no, pero lo cierto es que

es un deporte que cumple con todos los

requisitos necesarios para convertirse en

una disciplina “patrocinable”, por ese im-

pacto y espectacularidad de la que esta-

mos hablando continuamente.

Todavía tenemos que crecer mucho y