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T é C N I C A
rá con la tralla o látigo para convencerle de cuál es “su
camino”, y se le obligará a pasarlo aunque sea de parado.
Si se trata de un fondo NuNCA le obligaremos a pasar. Lo
retomamos con el ramal en el callejón y volvemos atrás
lentamente mientras otro auxiliar baja la dificultad. En-
tonces se suelta en el lugar de inicio y con el preparador
más atento con la tralla se convencerá de que pase, sin
preocuparnos mucho el resultado (en este caso) de la ca-
lidad del salto. una vez lo hemos conseguido podemos
volver nuevamente a la altura original o desistir si cree-
mos que éste es su límite o que el caballo se ha asustado
excesivamente. Es importante en caballos noveles que el
preparador acompañe al ejemplar con la tralla. Si es ne-
cesario debe correr un poco por detrás de él, aunque
pueda resultar poco estético. Es preferible esta situación
que utilizar dos preparadores, ya que en ocasiones la
acción poco sincronizada de ambos puede provocar un pa-
rón. Cuando un caballo ya está experimentado lo normal
es que sea suficiente con la presencia del entrenador en
el centro de la pista, un poco por detrás del obstáculo y a
una distancia de cuatro metros aproximadamente, sin ne-
cesidad de intervenir. Únicamente mostrando la tralla el
caballo ya conoce su misión.
¿Cómo se juzga?
éste es un tema lógicamente subjetivo, y no podemos
dar pautas contundentes, ya que para cada juez unos as-
pectos son los fundamentales. En Alemania se emiten dos
únicas notas: Fuerza y Técnica (Medios y Estilo). Lo más
importante para nosotros es diferenciar si el caballo tiene
respeto o tiene miedo. Diríamos que la técnica es para
nota, pero para aprobar un caballo no debe rehuir saltar
y debe hacerlo sin miedo pero respetando las barras. La
experiencia nos dice que algunos de los caballos que sal-
tan en Libertad puede que un día no quieran saltar mon-
tados, pero que la mayoría de caballos que evitan saltar
en Libertad también serán “desertores” cuando el jinete
esté montado en ellos. Digamos que es más fácil decir
qué caballo será inservible para saltar (o difícil de edu-
car) que el que será muy bueno. un caballo de Salto (que
lo lleva en la genética, como un perro de caza hace la
muestra ante una perdiz sin que nadie se lo haya enseña-
do) debe “atacar” el obstáculo, una vez ha sido adiestra-
do mínima pero adecuadamente. La calidad también se
hace patente una vez ha saltado. El caballo debe mos-
trarse alegre después de franquear el obstáculo. Desa-
fiante, si me lo permiten. Avanzar sin escapar, casi como
un matador después de acabar la faena.
En cuanto a la técnica es muy difícil, sin mucha expe-
riencia, en el medio segundo que dura un salto, poder
apreciarla, pero sí podemos todos notar ciertas cualida-
des o defectos.
El más evidente es si el caballo posee medios y cubre
bien (se recibe lejos del obstáculo) y si realiza una buena
parábola. un caballo que posee estas dos cualidades tiene
muchas posibilidades de un futuro prometedor si es bien
entrenado. Otro aspecto fundamental es la posición de
los posteriores en el momento de pasar por encima de las
barras. éstos, los pies, deben desplazarse en lo posible
hacia la vertical, flexionándose y saliendo de la masa (no
escondiéndose). Suele decirse que el caballo que salta
mal de “atrás” es difícil de reeducar. Por el contrario, los
anteriores suelen mejorar con la experiencia (basada nor-
malmente en los inevitables golpes con las barras). De to-
das formas, sí podemos reparar en las rodillas (carpos).
Deben ser éstas las que suban y no tanto los metacarpia-
nos (caña) y cascos (falanges).
Si el trabajo es particular, y estamos realizando sesio-
nes de Salto para comprar o seleccionar nuestros caballos
(reproductores, por ejemplo) es un sistema muy fácil vi-
sionar un vídeo a cámara lenta y ver cuáles son los pará-
metros que tiene aprendidos o innatos y que realiza siste-
máticamente. un caballo puede hacer un buen salto por
casualidad, pero la técnica suele ser repetitiva.
Por último, únicamente una apreciación personal: sea-
mos exigentes con nuestros productos. O lo que es lo mis-
mo, seamos objetivos. Intentemos borrar de nuestro re-
cuerdo aquel gran salto que en una sesión vimos a un ca-
ballo nuestro y quedémonos con los otros veinte y lo que
éstos tienen en común, ya que por suerte, o desgracia,
éste es y será nuestro caballo, no el otro.
En esta imagen podemos apreciar distintos aspectos fundamentales, tales como el equipo (protectores, delanteros y
traseros, herraduras, únicamente delanteras, cabezada de filete) o en el obstáculo (voleado, con reparo basculante y
telescópico). Tablón en la base de la entrada. Dos barras en el suelo que evitan la excesiva aproximación al obstáculo.