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in escarmiento, llega el invierno y termina otro año. La melancolía en la que nos envuelve el
clima y las fechas que están por venir, acoge los pensamientos del ganadero que espera los
nuevos nacimientos e imagina los cruces de la próxima primavera, donde quizás encuentre su potro
soñado.
Un año trepidante para la Asociación, que ve cómo poco a poco los efectos de la drástica crisis que
sufrimos se van diluyendo y que los criadores vuelven a recuperar la normalidad. Gracias a todos los
que la apoyan, la Gran Semana Anglo-árabe fue un éxito y se consolida como el evento de cría deporti-
va más importante de España. Ejemplares de nuestra raza han conseguido señalados triunfos funda-
mentalmente en Raid y Concurso Completo. La Doma Vaquera vuelve a poner su mirada sobre el ca-
ballo que más éxitos le ha dado y que el aficionado añora en su búsqueda permanente de la clase.
Los menores constatan con sus triunfos sobre Anglo-árabes que nuestros criadores han sabido, con
inteligencia, mejorar hasta el nivel de excelencia el carácter de nuestros caballos y que estos les sir-
ven ya también a los niños, sin perder un ápice sus aptitudes deportivas por las que siempre son
admirados.
De nuevo un caballo del ciclo de caballos jóvenes del Ministerio de Agricultura, que organiza
AECCAá, consigue plaza para los Juegos Olímpicos, confirmando la idoneidad del diseño del ciclo. No
es casualidad. Y de nuevo, otra vez, es un caballo Anglo-árabe. Tampoco debe ser casual.
Tenemos puestos sobre nosotros los ojos del mercado internacional y debemos aprovechar la situa-
ción. Siempre hemos apostado por la calidad en detrimento de la superproducción y así debe ser. Pe-
ro el mercado necesita de una cierta cantidad de productos homogéneos para atender su demanda y
nuestra cría debe fortalecerse en este sentido.
La demanda externa es fuerte y con gran potencial económico. La interna, aún no ha mostrado la
fortaleza que debería tener por el tamaño de país que somos, pero ese momento sin duda llegará
cuando acabemos de convencer a nuestras instituciones de la importancia de apostar por la estructu-
ración y el desarrollo de este sector que de tanta importancia económica es en los países de nuestro
entorno.
Nuestra obligación como criadores es poner en el mercado productos competitivos, de gran calidad
y sanos, lo que se consigue invirtiendo en orígenes contrastados (no es un gasto, es una inversión) y
con un manejo eficaz de nuestros potros en el campo. Ese es el esfuerzo que nos corresponde hacer
y a lo que os invitamos. Tenemos que ser ambiciosos como lo son los buenos deportistas y demostrar
que la afición que nos llevó a ser criadores, no tiene límites, que queremos progresar, con un constan-
te afán de superación que es lo que hará que nuestros productos sean deseados por todos.
No dudéis en apoyaros en vuestra Asociación para conseguir estos objetivos; criar sin miedo por-
que el futuro es muy halagüeño, pero sed exigentes porque el mercado exige caballos competitivos
y el mejor ganadero no es el que más tiene sino el que más selecciona.
Desde AECCAá os deseamos que paséis una entrañable Navidad y un próspero año nuevo en el que
se cumplan todos vuestros objetivos.
EDITORIAL
- Afán de superación -