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en Francia, cuyo referente eran los Haras Nationaux; se fueron adaptando periódicamente a las nece-
sidades del sector, liberalizando hace unos años algunas gestiones y creando el Instituto Francés del
Caballo y la Equitación, IFCE, organismo con competencias para dirigir, coor-
dinar y gestionar los recursos en el sector; que según los datos ofi-
ciales del año 2016, generó 14.000 millones de euros de flujos
financieros, 180.000 empleos, situando a la Federación Hípi-
ca Francesa como la 3ª del país, solo superada por la de
fútbol y la de tenis. En España seguimos esperando que
nuestro gran proyecto nacional se ponga en marcha
próximamente, porque por una parte es justo y por
otra absolutamente necesario, tanto desde el punto
de vista económico y de creación de empleo, como
desde el social y deportivo. Ningún partido político,
seguramente por desconocimiento, ha caído en la
cuenta de la importancia de este sector y de los be-
neficios que se pueden generar. Quien lo lidere ha-
brá prestado un gran servicio a los españoles y como
consecuencia a su partido político.
Es necesario destacar el éxito de nuestra Gran Sema-
na. El parque del Alamillo reúne una serie de condicio-
nes extraordinarias, tanto para la práctica deportiva, como
para el disfrute de los aficionados y usuarios del parque. Las
posibilidades se pueden extender también a prácticas formati-
vas y de fomento de nuestro deporte favorito a nivel de base, esta-
mos en ello para que sea una realidad muy próxima. Reiteramos nues-
tro agradecimiento a su director y a todo el personal por su atención y ayuda. Igualmente agradece-
mos a los patrocinadores, instituciones y voluntarios, su gran apoyo a nuestro proyecto. En 2018 in-
tentaremos mejorar, sobre todo en la comercialización de nuestros caballos que cada día son más de-
mandados por sus resultados en las competiciones deportivas.
No queremos terminar sin denunciar, una vez más, la pésima gestión que se viene haciendo en es-
tos últimos años desde la RFHE en lo que respecta al Completo, limitando la ilusión a muchos jinetes
y ganaderos. Es inaceptable la distribución que se hace del presupuesto, en parte procedente del
Consejo Superior de Deportes (CSD), es decir, de todos los españoles; así como la mala planificación
deportiva, que daña los intereses de los jinetes, ganaderos y el bienestar de los caballos, por elegir-
se todos los concursos de nivel a miles de kilómetros, por no ocuparse de organizar ninguno de estos
en nuestro territorio, a pesar de que España reúne iguales o mejores condiciones que la mayoría de
los países de Europa. El problema está en que hay que trabajar para buscar y mantener los mejores
sitios, como por ejemplo ha hecho recientemente nuestra Asociación en el parque del Alamillo, y por
supuesto, apoyar a los Comités Organizadores existentes para que puedan mantener sus instalacio-
nes. Es igualmente grave la exclusión reiterada de los menores de esta disciplina en el Plan de Tecni-
ficación Deportiva entre otras, lo que demuestra la falta de interés de cara al futuro. No entramos a
comentar con detalle a las otras modalidades olímpicas, en las que la intervención eficaz de los jine-
tes más representativos ha obligado a los responsables federativos a variar su gestión y adaptarse a
la demanda de quienes son absolutamente protagonistas. Tampoco entramos a valorar el resto de
disciplinas no olímpicas, aunque conocemos y apoyamos los legítimos intereses de sus jinetes, pro-
pietarios y ganaderos, que también padecen una gestión federativa francamente mejorable. Cambiar
esta situación es posible, aunque si queremos que nuestro sector mejore sensiblemente como se me-
rece un país como España tenemos que luchar legítimamente por ello. Esperamos tiempos mejores,
los ganaderos tenemos que seguir mejorando nuestra cría, para ello es fundamental testar a las futu-
ras yeguas madres e ir pensando en los sementales más adecuados para las ganaderías.
La Asociación está a tu servicio, transmítenos tus inquietudes y propuestas y estaremos encantados
de atenderlas.
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La situación sigue
siendo de espera a
que las administraciones
públicas competentes
coordinen sus ideas y
medios para poner en
marcha la Gran Industria
del Caballo, aún sin
explotar
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