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HISTORIA DE UNA FOTO
Finalizada la prueba de cross country...
Ellos: Juegan alrededor de un gran tronco conver-
tido en obstáculo.
Yo: Termino de juzgar y me dirijo a la terraza del
bar donde Alfonso Domecq me espera con una cer-
veza fría.
Voz femenina de adolescente: Voy a llamar a mi
madre para que sepa que ya ha terminado la prue-
ba y que estoy bien.
Yo: (me doy la vuelta de repente) ¿Tenéis un mo-
mento para que os cuente una pequeña historia?
Todos: (tímidamente) Sí (se sientan en el tronco
de forma ordenada y espontánea).
Yo: Cerca de Isaac, Francia, está el Castillo de
Montreal. En una visita que hice al mismo me lla-
mó la atención que en la cripta que está al lado
de la capilla hay varias estatuas y lápidas que re-
cuerdan a algunos de los nobles guerreros nacidos
en aquel castillo. La novedad para mí fue que al
lado de varias de estas figuras de mármol había
una pequeña losa donde se podían leer las últimas
palabras de cada uno de los que, habiendo falleci-
do en la batalla, había pronunciado. Todas coinci-
dían en dedicar su último recuerdo a sus madres.
Además, en alguna de ellas se leía: “decid a mi
madre que no he sufrido al morir”. Vosotros sabéis
que la muerte a espada o a daga es lenta y doloro-
sa. Cuando la herida no es directa al corazón, due-
le tanto, dicen, que no permite ni tan siquiera
despedirse de este mundo con dignidad. Pues
bien, en este trance, aquellos valientes descen-
dientes de Claude Pontbriand sabían que, si sus
madres conocían de su dolorosa agonía, aquéllas
que un día les habían dado la vida, lo sentirían
con más agudeza que los propios soldados.
La menor del grupo: ¡¿Pero eso es decir una menti-
ra?!
Todos: Silencio y atención absoluta.
Yo: Eso no es mentir. Mentira es si algún día al-
guien te dice que te quiere para robarte un beso.
Todos: Risas de adolescentes, que habían dejado
de serlo por un momento.
Eduardo Vía Dufresne estaba matriculado con sus
dos buenas yeguas de cuatro años, “Ibera Po-
mes” e “Isadora Pomes”, ambas destacaron en
las pruebas clasificatorias, especialmente en la
prueba de Doma. Una con paperas y otra con un
golpe, fueron forfait, pero Eduardo, fiel a la cita
a la Gran semana Anglo-árabe, no quiso dejar de
apoyar a la Asociación con su presencia y la de
sus alumnos de San Cugat del Vallés. Una visita
ya habitual y que todos agradecen por su buen
talante, simpatía y también por su profesional
monta llena de garra. Su objetivo deportivo era
‘pistear’ a los caballos en un buen concurso, algo
no fácil actualmente en España.
“Kira HDB”, Anglo-árabe de Cru-
zamiento de Hermanos Díaz Bo-
rrego, por “Mr. Cartano” y “Favo-
rita HDB” por “Quatar de Plape”,
montada por Estanislao Lira.
El grupo de alumnos y amigos
que acompaña a Eduardo Vía
Dufresne siempre nos recuerda
que éstos son para ellos las me-
jores vacaciones del año, y que
es una cita ya fija.
Leonardo Gaviño montó a “Islera” en la prueba de una
estrella, una Anglo-árabe muy conocida por los afi-
cionados, ya que fue de las primeras en disputar y ganar
el Ciclo de Caballos Jóvenes de Concurso Completo de
Equitación, y fue de los primeros buenos caballos con que
contó Carlos Díaz.
Los más jóvenes también tuvieron su espacio donde reponer fuerzas gracias al desayu-
no ofrecido por Cola Cao.