Desde hace años un gran hombre nos ha acompañado, guiado y ha sido maestro en el difícil y complicado mundo de la equitación, y lo hizo sin sobresaltos, con grandeza de espíritu y amplitud de miras, casi de puntillas, en silencio, pero con oficio, profesionalidad, y sobre todo con una entrega, dedicación
y sacrificio dignos de los mayores elogios.
El pasado sábado nos dejó D. Fernando Márquez de Acuña
y Vicente.
Nació en Melilla un día de Enero del año 1933. Coronel de caballería, gran profesional de la hípica con mayúsculas.
Fernando ha sido Director Técnico del Ciclo de
Pruebas de Selección de Caballos Jóvenes MAPA
de CCE durante estos años, colaborando
desinteresadamente con la AECCAá.
Como jinete activo, desde 1955 hasta 1968, concursos hípicos y Concursos
completos.
Su vocación por la enseñanza ecuestre arranca en 1960, cuando
obtiene el titulo de
Profesor de la Escuela de Aplicación de Caballería y Equitación del Ejército, consiguiendo ser el número uno de su promoción. De 1961 a 1963 le otorgan también el título de Profesor de Equitación de la Escuela de Equitación del Ejército
Argentino.
Su formación técnica era completa e indiscutible: juez nacional de doma clásica, saltos, enganches, concurso completo de equitación y diseñador de recorridos de esta última disciplina. Su experiencia internacional no fue menos meritoria: juez internacional de saltos y enganches, juez y diseñador internacional de Concurso Completo de Equitación,…; Un amplísimo bagaje que culminó años más tarde con dos objetivos de primera magnitud: Director, organizador, codiseñador y constructor de la prueba de Concurso Completo de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, y Director, codiseñador y constructor de Concurso Completo en los Juegos Ecuestres Mundiales Jerez-2002.
Fernando era una de las personas que más sabían en nuestro país de CCE. Pero si méritos no le faltaban, quizás habría que decir que le sobraban, había un aspecto que, para los que le queremos y respetamos, sobresale sobre todo lo expuesto: era un gran hombre, gran amigo de sus amigos, enorme y serio profesional como pocos, y que gracias a su dedicación en esta apasionante disciplina ha sabido transmitir a muchos de los que hemos sido sus alumnos, ese buen hacer que siempre le ha distinguido.
Por todo lo expuesto, y podríamos seguir detallando parcelas ejemplares, Fernando era merecedor de un homenaje que, debido a su estado de salud, lamentablemente no se pudo llevar a cabo. El Comité Organizador de la Pruebas de Selección de Caballos Jóvenes de CCE de la Dehesa de Casa Zafra y la Asociación Española de Criadores de Caballos Anglo-árabes tomaron, hace unos meses, la decisión de organizar y ofrecerle un homenaje en reconocimiento a los años entregados a la hípica, por la extraordinaria labor desarrollada y por ser un ejemplo a seguir.
PSCJ MAPA de CCE, 2007. Club Hípico El Viejo Roble
Desgraciadamente no ha sido posible ofrecérselo en persona, pero seguro que actualmente en el lugar que Dios lo ha acogido aceptará recibir este pequeño homenaje que desde aquí le enviamos. Repitiendo unas palabras del Reverendo en su homilía: Que estos tristes momentos sean de esperanza y no de dolor. Fernando podrá disfrutar de una paz celestial y que su recuerdo nos acompañe siempre.